Ecología: ecosistemas y sus componentes.
Ecosistema
En un ecosistema los seres vivos guardan relación los unos con los otros, independientemente de si son o no de la misma especie. Cuando son de la misma especie se les denomina población, y esto los convierte en una unidad biológica ya que también se reproducen entre ellos. En cuanto a la estructura y la población hay equilibrio respecto a los nacimientos y las muertes o migración de los organismos.
La genética de poblaciones permite estudiar los genotipos de cada especie gracias a esta unidad biológica. Esto permite conocer más a fondo sus mecanismos genéticos. El conjunto de poblaciones de distintas especies tanto vegetales como animales, se llama comunidad o también biocenosis. El ambiente en que se encuentra esta comunidad o biocenosis se llama biotipo. La relación que pueda existir en estas comunidades pueden ser beneficiosas, siempre y cuando sea para mejorar la vida y supervivencia. En caso contrario, si la convivencia supone la mortalidad, sería perjudicial para las especies. Por eso hablamos siempre del equilibrio.
Factores abióticos y bióticos
En el ecosistema hay que diferenciar dos factores importantes que son los abióticos y los bióticos.
Abióticos. Este factor es el inerte, esto quiere decir, que no tiene vida ni es producto del ser vivo. Hablamos del factor geológico, climático y geográfico. Aquí se incluye el CO2, el nitrógeno, el H2O, etcétera. también lo haremos con las proteínas, los glúcidos o los lípidos.
Bióticos. Son los organismos que pueden sintetizar la materia orgánica compleja a través de una sustancia inorgánica simple. En este factor tenemos los fagótrofos y los sapotrofos.
Los fagotrofos o macroconsumidores son heterótrofos, generalmente animales, los cuales no pueden elaborar su propio alimento. Éstos se alimentan de sustancias formadas por otros organismos.
Los sapotrofos también son heterótrofos. Estos generalmente son bacterias u hongos. Se alimentan de materia en proceso de descomposición y a su vez sueltan componentes nutritivos inorgánicos que pueden aprovechar oros productores.
Principales factores abióticos
El agua, el suelo, la temperatura, la luz o los nutrientes son elementos imprescindibles para que los seres vivos dispongan del clima adecuado para sobrevivir. Algunos organismos terrestres precisan del suelo para habitar, incluimos los vegetales también. Otros, por el contrario, viven sumergidos en el agua. Y también están los que pasan mucho tiempo en el aire, como los pájaros o incluso las esporas de las plantas.
Otros elementos importantes de los que se compone el factor abiótico son el oxígeno, el cual se encuentra presente en el aire y disuelto en el agua. Para las plantas, el dióxido de carbono que viene de la atmósfera es vital para que puedan realizar el proceso de la fotosíntesis. En el caso de las plantas, el aporte de nutrientes y sales minerales que absorben a través de las raíces, hacen que el suelo también sea un factor importante.
El Sol como factor energético
La luz del Sol es la principal fuente de energía para el planeta y los seres vivos, especialmente para las plantas. Como ya hemos comentado, éstas lo precisan para la fotosíntesis y la sintetización de la clorofila. La energía del Sol se considera un agente morfogenético, porque según la fase en que se encuentre el planeta, el Sol va variando la intensidad o la periodicidad.
En los animales y resto de seres vivos también tiene una importancia vital. Gracias a él los animales pueden ver, ya que precisan e la vista para nutrirse y desenvolverse.
La temperatura
Este factor también juega un papel imprescindible, puesto que existen muchos organismos que no pueden reproducirse por encima o por debajo de la temperatura que necesitan.
En el caso de las plantas, las hay que necesitan un clima con mucha humedad y agua, otras, sin embargo, se han adaptado a los lugares áridos. Unas precisarán de temperaturas cálidas mientras que las hay que solo sobreviven en temperaturas más frescas.
Los animales se distinguen por los poiquilotermos y por los homeotermos.
Los homeotermos disponen de sistemas de regulación que les proporciona una temperatura corporal constante. Esto es una enorme ventaja ya que estos animales pueden adaptarse a las distintas estaciones climatológicas.
En el caso de los poiquilotermos es al revés. Las células del cuerpo del animal están siempre a temperatura ambiente. Según la temperatura del ambiente las reacciones enzimáticas de las células irán variando su velocidad. En resumen, son de sangre fría. Esto ocurre con muchos anfibios o reptiles. La rana, por ejemplo, en fríos extremos puede congelarse, pero vuelve a tener vida a medida que suben las temperaturas. En el caso de los reptiles, las enzimas reducen su velocidad y los dejan inactivos hasta recuperar la temperatura adecuada.
El agua
Este elemento es vital para la supervivencia de muchos ecosistemas. Existen organismos que se han adaptado a la escasez de ella, sin embargo, en mayor o menor medida precisan de ella. Los seres vivos han desarrollado sistemas de protección contra la sequía o para impedir la pérdida de agua en el organismo.
En el caso de las plantas, han desarrollado órganos de almacenaje. En zonas desérticas esto impide la deshidratación. La epidermis dispone de capas gruesas con cera, pelos y espinas en lugar de hojas, el cactus, por ejemplo. Las que disponen de hojas, estas cierran los estomas para evitar perder agua.
Los animales también disponen de varios mecanismos para retener el agua y evitar su evaporación. Muchos animales terrestres tienen una serie elementos impermeables en la superficie de su piel (tegumento). Hablamos de capas corneas o escamas de quitina. En el caso de los anfibios, caracoles o gusanos, éstos disponen de una capa viscosa que los mantiene siempre hidratados. Muchos de los animales que viven en zonas áridas, también residen bajo tierra para salvaguardarse y esperan a que las temperaturas desciendan o asome algo de humedad.
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